sábado, 2 de marzo de 2013

Cuento moral parte II




-¿Qué te pasa?- Así, con una simple frase, directa a mis miedos, incisiva como siempre. Pero ¿Era Eloísa tan amiga mía como para contarle mi más profundo secreto?  Después de tantos años y secretos, sabía que contaría con su indiferencia y, por añadido o a causa de ella, su discreción.  Así que me armé de valor y le desvelé mi coulrofobia (fobia a los payasos).Como era previsible,ella se ciñó a su guión: no dijo nada, simplemente se encogió de hombros. La hize prometer que no se lo diría a nadie. Nuestros meñiques sellaron una vez más un acuerdo inquebrantable de silencio. Ajeno a ello, el día desgranó su habitual rutina hora tras hora.
A la mañana siguiente, mi tranquilo despertar me ocultaba tras su normalidad una desagradable sorpresa. La pesadilla se iba a hacer real.
Cuando llegué a lo que parecía mi prisión del día a día, no me esperaba  ninguno de los acontecimientos que en esa mañana, tan pacífica, iban a suceder. Caminaba. como de costumbre, al lado de Eloísa la cual me contaba todos los embrollos de su vida sentimental. Pero cuando me adentré en mi celda, algo había raro: todos estaban con sus pupilas fijas en nosotras, pero cuando me fijé detenidamente descubrí que sus intrigantes miradas se dirígian a mi pequeño cuerpo. Inquieta fuí a ocultarme a mi pupitre, pero me detuve en seco al ver que tenía dibujada una carpa de circo. Un escalofrío, como un augurio de que algo iba a ocurrir, algo sin duda, espantoso, me recorrió la espalda. Después de quedarme un instante , el cual me pareció eterno, petrificada mirando ese grotesco boceto. Pensando en quien lo había hecho.Aterrada por sentir mi secreto descubierto. Al fin me giré, vi a un gran payaso. No pude pensar en nada más. En mi mente solo existía el payaso y su gran nariz roja. Empecé a hiperventilar hasta el punto en que me desmayé.
 

cuento moral I parte



Señoras y señores, les voy a contar una historia. No es una historia real, pero si la leen atentamente, verán que tiene un valor moral. Espero que les guste.
Corría por un prado verde. De repente divisé un payaso. Todo se iba tornando más y más oscuro, más lúgubre. Mis piernas seguían corriendo, de un  modo automático, fuera de mi control. Hasta que al final, me atrapó.
La intensa humedad de mi almohada empapada en sudor, me devolvió de golpe a la realidad. Busque ansiosa su reverso seco  con la esperanza de regresar al mundo de mis sueños, esperando esquivar esta vez sus recovecos más oscuros. Aunque la noche aun guardaba varias hora, esta vez no soñé.
En el camino hacia el instituto, no podía dejar de pensar en mi pesadilla. Eloísa, mi mejor amiga,   reparó en mi gesto distraído y preocupado, que era mayor de lo habitual. Con su mejor sonrisa de “sé que te pasa algo”, comenzó su habitual interrogatorio.

lunes, 28 de enero de 2013

Culturas diferentes



Hay todo tipo de culturas en el mundo, unas más parecidas y otras más distintas, pero ninguna extraña. Puede que a nosotros sí que nos parezcan extrañas, pero al igual que a nosotros las suyas nos parezcan raras las nuestras a ellos les parecerán igual de raras o más.
Pero cuando deja de ser una cultura respetable o no. Yo opino que todas las culturas son respetables, y dejan de serlo, cuando se intentan imponer a otras culturas o personas en contra de su voluntad y de los derechos humanos, puesto que si yo quiero creer en que hay un dios que es una bola de espaguetis gigante voladora, y mi signo es ponerme un colador en la cabeza (religión llamada pastafarismo) deberían dejarme creer en ello, ya que es mi derecho y al igual que ellos han de dejarme creer en ello, yo les debo dejar creer en lo que quieran.
Pasa igual con las tradiciones, hay algunas en las que se hacen daño a sí mismos y nos pueden parecer extremas, pero no hay que olvidar que incluso la religión con más fieles en el mundo (la cristiana) hay en algunas profesiones en las que se dan latigazos en la espalda.
Yo opino que siempre que se respete y seas respetado hay que dejar que la gente crea en lo que quiera, siempre y cuando no se impongan a otras personas. Por lo tanto no podemos decir que haya costumbres buenas o malas, ya que muchas de ellas se hacen por algún motivo, y algunas que a ti te pueden parecer mal, a ellos les puede parecer totalmente lógico y razonable. Como siempre os invito a comentar.